Un promedio de 28 niños son asesinados cada día en Gaza, bajo la devastación de la ofensiva de Israel y su bloqueo casi total a la ayuda humanitaria, alertó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Una cifra escalofriante que revela la brutalidad de un genocidio que no solo aniquila con bombas, sino también a través del hambre y otras formas de violencia, además de dejar un profundo daño psicológico en la infancia.
“Muertes por bombardeos. Muertes por desnutrición y hambre. Muertes por falta de ayuda y servicios vitales”, escribió la Unicef este lunes en su cuenta oficial de X. “En Gaza, mueren en promedio 28 niños por día”, añadió. Es decir, a diario Israel mata tantos niños como los que llenarían un salón escolar.
La agencia pidió acceso humanitario inmediato y el fin de los ataques, al destacar que los niños en el enclave necesitan desesperadamente comida, agua potable, medicinas y protección. No obstante, la desnutrición severa avanza más rápido que la ayuda.
La ofensiva también ha destruido la infraestructura sanitaria y de saneamiento en Gaza, obligando al cierre de casi todos los hospitales, y ha empujado al territorio al borde del hambruna extrema y también de brotes de enfermedades tales como meningitis o, más recientemente, el síndrome de Guillain-Barré, que afectan principalmente a los niños.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, cerca de 61.000 palestinos han sido asesinados, casi la mitad mujeres y niños, mientras que decenas de miles más han resultado heridos. Algunos estudios indican que el número real de muertes podría ser entre dos y tres veces mayor, pues miles permanecen atrapados bajo los escombros.
El hambre como arma de guerra
Además del constante impacto de los bombardeos, que cada día matan a más niños de los que se llegan a registrar, muchos perecen también bajo la hambruna impuesta. Y es que hasta ahora, se han reportado 180 muertes por hambre en hospitales, entre ellas 93 niños.
Sin embargo, desde julio de 2025, más de 320.000 niños —es decir, toda la población menor de cinco años en Gaza— están en riesgo de desnutrición aguda. Solo en las primeras dos semanas del mes, ya se habían hospitalizado 5.000 niños por desnutrición.
Incluso los recién nacidos mueren de hambre. Según la Organización Mundial de la Salud, un bebé necesita entre 750 y 1.000 mililitros de leche al día, pero en Gaza muchas madres no tienen acceso a agua limpia ni a una alimentación adecuada para producirla.
Cuando la lactancia no es posible, se recomienda el uso exclusivo de fórmula infantil durante el primer año, aunque en el enclave este alimento es casi imposible de conseguir: las organizaciones humanitarias advierten que las existencias están prácticamente agotadas. Así, muchos niños enfrentan el hambre desde el momento en que nacen.
Pero esta hambruna generalizada en Gaza no es un fenómeno espontáneo, sino que ha sido diseñada y aplicada por el gobierno israelí. Así coinciden varias organizaciones internacionales, que denuncian que el hambre está siendo usada como arma de guerra.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Turk, denunció este lunes el hambre en Gaza como “una afrenta a nuestra humanidad colectiva”. “Negar a los civiles el acceso a comida puede constituir un crimen de guerra, y también un posible crimen de lesa humanidad”, advirtió Turk.
“Las imágenes de personas muriendo de hambre en Gaza son desgarradoras e intolerables. Que hayamos llegado a este punto es una afrenta a nuestra humanidad colectiva”, declaró. Y agregó que esto demuestra, una vez más, que la violencia debe terminar de forma definitiva: “Salvar vidas debe ser la prioridad de todos”.
Buscar comida, encontrar la muerte
Muchos niños también han perdido la vida en los puntos de distribución de ayuda humanitaria. En estos lugares, gestionados por la controvertida Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Israel y Estados Unidos, las fuerzas israelíes han asesinado a civiles mediante disparos contra palestinos que solo esperaban por alimento, sin representar amenaza alguna.
De hecho, la ONU informó este lunes que cerca de 1.500 personas han sido asesinadas en Gaza desde mayo, mientras intentaban conseguir ayuda humanitaria.
Entre ellas había niños, cuyas muertes se conocen a veces por relatos de testigos. Como el caso de Amir: el 28 de mayo, en un centro de distribución, fuerzas israelíes dispararon y lo mataron poco después de que recibiera comida. Así lo relató el teniente coronel retirado del Ejército de Estados Unidos, Anthony Aguilar, quien trabajó para el subcontratista de GHF, UG Solutions.
“La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informa que muchas personas siguen siendo asesinadas o heridas, incluidas aquellas que buscan alimentos en las rutas de los convoyes de la ONU y en los puntos de distribución militarizados. Desde mayo, se estima que han muerto unas 1.500 personas”, dijo Farhan Haq, portavoz adjunto de la ONU.
Consultado por la agencia de noticias Anadolu, Haq indicó que la actual ayuda humanitaria es lo único que “mantiene con vida a miles de millones de personas”. Pero subrayó que la falta de unidad internacional, especialmente dentro del Consejo de Seguridad, limita la efectividad de la ayuda entregada por la ONU.
Por su parte, el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, recordó que la entidad tiene 6.000 camiones cargados de ayuda varados fuera del enclave, esperando que Israel los autorice para entrar. Además, subrayó que “los lanzamientos aéreos cuestan al menos 100 veces más que los camiones”, los cuales “transportan el doble de ayuda que los aviones”.
La Oficina de Prensa del Gobierno de Gaza informó el lunes que Israel había permitido la entrada de tan solo 674 camiones de ayuda desde el 27 de julio, lo que representa apenas el 14% del mínimo diario requerido, de 600 camiones.
Añadió que la mayoría de los 80 camiones que ingresaron el domingo fueron saqueados en medio de lo que denominó "un clima de caos y hambruna deliberadamente creado", acusando a Israel de utilizar el hambre como arma.
Una generación marcada por la muerte y el trauma
No obstante, los niños que logran sobrevivir a todas estas formas de violencia provocadas por Israel lo hacen en condiciones inhumanas. Sin acceso a agua potable, sin higiene ni atención médica, arriesgando su vida para conseguir comida.
UNICEF y otras agencias han intentado brindar servicios básicos de salud mental y apoyo psicosocial en refugios y campamentos, con el fin de ofrecer a los niños espacios donde jugar, encontrar consuelo y experimentar algo de lo que significa una infancia. Pero esto, con el paso de los meses, se volvió una tarea prácticamente imposible.
Así, quienes sobrevivan, cargarán con los recuerdos del horror vivido. Y la próxima generación crecerá marcada por los traumas del genocidio.

Decenas de palestinos asesinados
En este contexto, al menos 20 palestinos murieron y decenas resultaron heridos este martes por la madrugada en una nueva ola de ataques israelíes en toda Gaza, según informaron fuentes médicas a la Agencia Anadolu.
Seis de las víctimas se encontraban esperando ayuda humanitaria en un centro de distribución en el corredor de Netzarim, y otras tres murieron en un punto similar en Jan Yunis. También se reportaron bombardeos sobre tiendas de campaña que alojaban a familias desplazadas en Al-Mawasi, así como un ataque contra el campo de refugiados de Nuseirat. En la Ciudad de Gaza, las fuerzas israelíes causaron más muertes y heridos en zonas residenciales.
Además, durante el lunes al menos 63 palestinos fueron asesinados y muchos más resultaron heridos. En el norte de Gaza, soldados israelíes abrieron fuego contra personas que esperaban ayuda humanitaria cerca de un puesto militar israelí en Zikim, matando a siete e hiriendo a otras 90, según fuentes médicas. También se registraron ataques en Netzarim, Deir Al-Balah y otras zonas del enclave.