El Gobierno de España impugnó este lunes la decisión del municipio de Jumilla, ubicado en la región de Murcia, de prohibir las celebraciones religiosas en instalaciones deportivas locales, una medida que, denuncian los críticos, tiene como objetivo bloquear las festividades musulmanas de larga data en estos espacios públicos.
El ayuntamiento de Jumilla aprobó la prohibición la semana pasada con el respaldo del conservador Partido Popular (PP), argumentando que buscaba “promover y preservar los valores tradicionales” de la localidad.
Sin embargo, esta decisión generó polémica, ya que el partido de extrema derecha Vox había exigido esta medida a cambio de apoyar el presupuesto municipal del alcalde del PP.
Ante esta polémica, el Gobierno central reaccionó rápidamente y condenó la prohibición. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, señaló que se trataba de una “moción racista”
Por su parte, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, anunció este lunes en la red social X, que el Ejecutivo había ordenado formalmente la retirada de la medida.
"Desde el Gobierno de España, enviamos un requerimiento al Ayuntamiento de Jumilla, en Murcia, para que anule la moción que impide la celebración de actos que la comunidad musulmana venía realizando desde hace años", señaló. Y luego sostuvo que “ante la intolerancia no hay medias tintas. PP y Vox no pueden decidir para quién sí hay libertad de culto y para quién no. Es un derecho constitucional”.
Por años se han celebrado festividades musulmanas
Jumilla, una localidad de 27.000 habitantes conocida por su vino, cuenta con una importante población de musulmanes, muchos de los cuales trabajan en el sector agrícola.
Durante años, esta comunidad ha utilizado instalaciones deportivas para celebraciones como el Eid al-Fitr, que marca el final del mes bendito de ayuno del Ramadán.
La polémica se desató pocas semanas después de que grupos de extrema derecha y residentes inmigrantes protagonizaran varios días de enfrentamientos en otro municipio de Murcia, tras la agresión a un jubilado por un joven norteafricano.
Incluso la Iglesia católica española criticó la prohibición en Jumilla, señalando que las expresiones religiosas en espacios públicos están protegidas por el derecho a la libertad religiosa.
Esta postura generó una respuesta inmediata del líder de Vox, Santiago Abascal, quien expresó sentirse “perplejo” ante la postura de la Iglesia católica, insinuando que podría estar relacionada con la financiación pública o con los escándalos de abusos por parte del clero que, según él, han “amordazado” a la institución.