Un posible encuentro cara a cara entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empieza a tomar forma: así lo confirmó Yuri Ushakov, asesor diplomático del Kremlin, este jueves. Y añadió que la cumbre podría ser “en los próximos días”. De hecho, el funcionario indicó que ya comenzaron los preparativos y que la iniciativa proviene de Washington.
"A sugerencia de la parte estadounidense, se llegó a un acuerdo de principio para organizar una cumbre bilateral en los próximos días", declaró Ushakov.
"La fecha aproximada se fijó para la próxima semana, pero las partes están empezando a prepararse para esta importante reunión, y es difícil predecir cuántos días llevarán sus preparativos", indicó el asesor a la agencia estatal rusa TASS. Añadió que “se consideró la opción de celebrar la reunión durante la próxima semana y estamos bastante positivos sobre esta opción".
También explicó que “el lugar del encuentro ya fue acordado en principio, pero lo informaremos más adelante”.
Ahora bien, el Kremlin aclaró que aún no ha respondido a la propuesta estadounidense de sumar a la reunión al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy. "Lo importante es que esta reunión sea exitosa y productiva", subrayó.
Asimismo, Trump ya habría informado a Zelenskyy sobre la posible cumbre con Putin. El mandatario estadounidense compartió sus planes durante una llamada este miércoles con su par ucraniano, el primer ministro británico, Keir Starmer; el canciller alemán, Friedrich Merz, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
La antesala: el encuentro entre Putin y Witkoff
El anuncio se produjo un día después de una reunión clave en Moscú entre Putin y el enviado de Trump, Steve Witkoff. Tras posar sonrientes ante las cámaras, ambos mantuvieron un encuentro de tres horas que, según el Kremlin, estuvo marcado por señales “constructivas” sobre la “cuestión ucraniana”.
La Casa Blanca calificó la reunión de “altamente productiva”. En su red Truth Social, Trump la celebró y aseguró que hubo “un gran progreso”. “Vamos a ver qué pasa”, dijo. “Todos coinciden en que esta guerra debe terminar, y trabajaremos en ello en los próximos días y semanas”.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, destacó que tras la reunión Washington tiene una mejor comprensión de las condiciones bajo las cuales Rusia estaría dispuesta a poner fin a la guerra.
“Por primera vez desde que comenzó esta administración, tenemos ejemplos concretos de lo que Rusia podría pedir para detener la guerra”, dijo Rubio en diálogo con el canal de televisión estadounidense Fox Business. Aclaró que el tema territorial sigue siendo central en cualquier posible acuerdo.
¿De regreso a la mesa de negociación?
El viaje de Witkoff a Moscú refleja la creciente impaciencia del presidente Trump con el Kremlin. “Pensamos que habíamos resuelto esta guerra varias veces”, dijo el mandatario de EE.UU. la semana pasada. “Y luego Putin sale y lanza cohetes contra alguna ciudad como Kiev y mata a un montón de personas en un asilo o algo así”.
Witkoff fue enviado con el objetivo de presionar por un alto el fuego, justo antes de que venza el ultimátum de 10 días impuesto por Trump para que Moscú ponga fin a la guerra o enfrente consecuencias económicas. Aunque inicialmente el presidente había dado un margen de 50 días, luego lo acortó y lanzó una advertencia: “O termina la guerra o pagarán el precio”.

Y en los últimos días Trump endureció su postura, planteando la posibilidad de aplicar “tarifas secundarias” a los principales socios comerciales de Moscú, como China e India. El miércoles, ordenó aumentar los aranceles a productos indios, en respuesta a que Nueva Delhi continúa comprando petróleo ruso. Una medida que busca debilitar las exportaciones rusas, aunque podría generar un impacto económico global.
Tras el encuentro entre el enviado de EE.UU. y Putin, las negociaciones parecen ir en camino a reactivarse finalmente. Hasta ahora, no se habían logrado avances concretos para poner fin al conflicto. De hecho, las tres rondas previas de diálogo en Estambul ofrecieron una plataforma excepcional y permitieron intercambios de soldados y repatriaciones, pero concluyeron sin resultados respecto a un cese del fuego.
Las diferencias persisten: Moscú sigue exigiendo la desmilitarización de Ucrania y el reconocimiento formal de los territorios que ahora controla. Además, pide garantías de que Kiev no formará parte de la OTAN, lo cual, según Rusia, es el origen del conflicto. Sin embargo, Ucrania y sus aliados consideran inaceptables estas condiciones.
En declaraciones este miércoles, Zelenskyy mostró poco optimismo: “Para que Rusia avance hacia la paz, primero debe quedarse sin dinero para la guerra”. El mandatario ucraniano apoyó la idea de imponer sanciones más amplias, como aranceles a países que compren petróleo ruso, y las calificó como “necesarias”.
De todos modos, Trump había afirmado que esperaría el resultado de las conversaciones en Moscú antes de anunciar nuevas sanciones. Ahora, todo dependerá de si se concretan los detalles de la cumbre y si el esperado encuentro con Putin finalmente se lleva a cabo.
