Vestido con los colores de la bandera de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro advirtió este lunes que el país enfrenta “la mayor amenaza que ha visto el continente en los últimos 100 años” debido a la creciente presencia naval de Estados Unidos frente a sus costas, un movimiento que eleva la tensión entre ambos países.
Durante una rueda de prensa en Caracas, acompañado por altos funcionarios del Gobierno y del Ejército, y con la presencia de delegados internacionales y medios de comunicación extranjeros, el mandatario envió un mensaje directo a la Casa Blanca y acusó al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, de ser un “señor de la guerra” que, según afirmó, busca un “cambio de régimen”.
“Si usted, presidente (Donald) Trump, en serio quiere hablar de una lucha para acabar con el narcotráfico, Venezuela tiene la experiencia. Modestamente, tenemos los resultados concretos”, afirmó Maduro.
En este sentido, destacó el diálogo como la vía legítima para abordar las problemáticas que afectan a la región, como el narcotráfico, y no el uso de la fuerza.
Asimismo, el mandatario remarcó la importancia de la Revolución Bolivariana impulsada a fines de los años noventa, cuando asumió el poder el entonces presidente Hugo Chávez, y que sigue vigente hasta hoy. Según destacó Maduro, esta se puso en marcha en respuesta a la acción imperialista de Estados Unidos, así como a las amenazas de Washington para cambiar líderes e impactar su modelo socioeconómico.
Washington acusa, Caracas responde
En las últimas semanas, la Casa Blanca ha declarado su intención de “utilizar todo su poder” para “frenar el flujo de drogas” que, asegura, llega desde Latinoamérica. Al mismo tiempo, ha acusado a Maduro de liderar un gobierno “no legítimo”, al que calificó como “un cartel del narcotráfico”. Desde Caracas, las autoridades han rechazado con vehemencia estas acusaciones.
Frente al despliegue militar estadounidense en el Caribe, Maduro calificó la acción como “una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal”.
En la conferencia de prensa, Maduro también evocó acontecimientos recientes relacionados con EE.UU., señalando que existen “muchas diferencias y similitudes” con los hechos de 2019-2020, cuando Juan Guaidó se proclamó presidente de Venezuela y fue reconocido por Washington. También se refirió a la llamada “Operación Gedeón”, en la que mercenarios entrenados en el país norteamericano intentaron derrocar al gobierno venezolano en 2020.
Comunicación rota
En cuanto a las relaciones diplomáticas con Washington, Maduro aseguró que los canales oficiales están “maltrechos” y mencionó al encargado de negocios estadounidense John McNamara y al enviado especial Richard Grenell como figuras clave en el deterioro de los vínculos bilaterales.
También arremetió contra Rubio, a quien acusó de adoptar una postura “agresiva” y advirtió cautela al mandatario estadounidense. “Presidente Trump, usted tiene que cuidarse porque Marco Rubio quiere mancharle las manos de sangre”, declaró Maduro.
Estrategia de Caracas frente a la máxima presión militar
Según el Gobierno venezolano, la estrategia adoptada es “eminentemente defensiva” e incluye tanto la “lucha diplomática como la política”, con el objetivo de salvaguardar la soberanía nacional, la paz y la integridad territorial frente a lo que califican como métodos “inmorales e ilegales” que violan la Carta de las Naciones Unidas.
“Venezuela es un país pacifista, pero somos un pueblo de guerreros, y jamás vamos a ceder frente a chantajes ni amenazas de ningún signo”, advirtió Maduro.
De acuerdo con el mandatario, la operación estadounidense comprende el despliegue de ocho buques de guerra, un submarino nuclear y alrededor de 1.200 misiles “apuntando directamente a Venezuela”, todo con el supuesto objetivo de intimidar al país.
“Estados Unidos ha avanzado en lo que ellos llaman ‘máxima presión’, esta vez por la vía militar. En respuesta, Venezuela ha declarado su máxima preparación para defender a la nación”, señaló.
El presidente reiteró que la Revolución Bolivariana, que lidera desde 2013 tras la muerte de Chávez, no se rendirá ante presiones extranjeras y que cuenta con cuerpos de seguridad venezolanos, los cuales, según afirmó, han incautado grandes cargamentos de droga y neutralizado cientos de aeronaves empleadas por redes criminales.
Defensa nacional y milicias civiles
En respuesta a la creciente presión militar, Maduro anunció la activación de 4,2 millones de miembros de la Milicia Nacional Bolivariana —un cuerpo armado conformado por civiles y vinculado a las Fuerzas Armadas— e hizo un llamado al alistamiento de nuevos reservistas.
Asimismo, informó sobre la creación de una Unidad de Combate de la Milicia Comunal (Unidad Comunal Miliciana de Combate) y un programa nacional de formación para civiles, con el propósito de fortalecer la defensa integral del país.
“Venezuela es un país pacífico, pero está dispuesto a luchar y a defender su soberanía en caso de una agresión”, subrayó. “Si el país fuera atacado, declararíamos constitucionalmente la República en armas”.
CELAC reclama respeto a la región como zona de paz
Ante la escalada de tensiones, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebró este lunes una reunión virtual de emergencia, en la que 23 de los 33 países miembros reafirmaron su compromiso con la región como una “zona de paz”, libre de injerencias extranjeras.
Durante el encuentro, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, denunció la presencia de un submarino nuclear estadounidense en el Caribe, así como el despliegue de 4.200 soldados presuntamente preparados para una eventual invasión. Caracas señala que estas acciones violan la declaración de zona de paz firmada por la Celac en 2014 y el Tratado de Tlatelolco de 1967, que prohíbe el uso de armas nucleares en América Latina y el Caribe.
Por su parte, durante la conferencia de prensa en Caracas, Maduro agradeció al presidente de Colombia, Gustavo Petro, por su respaldo y por haber impulsado la reunión. Incluso citó un mensaje publicado por el mandatario en X, donde advertía sobre el impacto regional: “Si hay una agresión violenta contra Venezuela, lo que vemos en Siria e Irak será la realidad de toda la región grancolombiana”.
Una Venezuela soberana
Por último, Maduro reiteró que no es un dictador, y recordó que no fue formado por el Comando Sur, ni el Pentágono, ni la CIA. Dejó claro que su escuela han sido los barrios de Caracas, el movimiento obrero y la clase trabajadora.
“Se los he dicho mil veces, señores imperialistas, supremacistas, nazi de este tiempo colonialista, no es un hombre, no es Maduro, es un pueblo, es una historia sagrada”, concluyó Maduro en cuanto a la influencia de Washington, destacando la soberanía de Venezuela. “Ni queremos ser modelo para nadie, ni aceptamos que nadie nos quiera aplicar su modelo”.