Israel no solo ha asesinado a miles de palestinos con sus bombas, sino que también ha provocado centenares de muertes por hambre. Esto se debe a que no solo ha bloqueado el ingreso de ayuda humanitaria, sino que también ha destruido los recursos naturales y la infraestructura vital del enclave. Así, los palestinos enfrentan una grave crisis hídrica, que ha sumido a muchos en una sed alarmante, mientras que la destrucción de tierras agrícolas los deja sin esperanza de cultivar sus propios alimentos.
Un estudio satelital de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realizado el 28 de julio, reveló que solo el 1,5% de las tierras agrícolas de Gaza están accesibles y sin daños para cultivar, lo que limita severamente la producción local y profundiza la inseguridad alimentaria. Y confirmó que esta situación lleva a que Gaza está al borde de una hambruna "a gran escala".
El informe señala que solo el 8,6% de las tierras agrícolas son accesibles, No obstante, únicamente se pueden utilizar el 1,5% de toda Gaza, es decir, unos 2,3 kilómetros cuadrados. Además, un 12,4% del terreno está libre de daños pero los palestinos no pueden acercarse por restricciones del ejército israelí.
El resto de las tierras cultivables de Gaza, el abrumador 86,1%, están completamente dañadas.
Frente a este escenario, el director general de la FAO, Qu Dongyu, advirtió: “La gente se está muriendo de hambre no porque falte comida, sino porque el acceso está bloqueado, los sistemas agroalimentarios locales han colapsado y las familias ya no pueden sostener ni siquiera los medios de vida más básicos”.
El colapso de los sistemas de agua agrava aún más la crisis humanitaria.
Hoy, la mayoría de los palestinos dependen de pozos que extraen agua de un acuífero salobre, contaminado por aguas residuales y productos químicos que se filtran entre los escombros. Esto ha contribuido a la propagación de enfermedades como la diarrea y la hepatitis. Aunque existen algunas plantas desalinizadoras operadas por agencias humanitarias, su capacidad resulta insuficiente para cubrir las necesidades básicas de la población.
En este sentido, gran parte de la infraestructura hídrica ha sido destruida por los ataques israelíes: los conductos que antes suministraban buena parte del agua potable están inactivos desde el inicio de la ofensiva, cuando Israel interrumpió el suministro de agua y electricidad. Aunque luego se reanudó parcialmente el abastecimiento, los daños en las tuberías impiden que el agua llegue a Gaza, según denuncian las autoridades locales.
Además, las bombas que extraen agua del acuífero dependen de pequeños generadores eléctricos, pero la falta de combustible ha dejado a muchas fuera de servicio. En este contexto, acceder al agua se ha convertido en una tarea extenuante para la población.
Moaz Mukhaimar, de 23 años y estudiante universitario antes del conflicto, relata que debe caminar un kilómetro y esperar en fila durante dos horas para conseguir agua. Suele repetir ese trayecto hasta tres veces al día, arrastrando un carrito metálico por caminos irregulares para llevar el agua de vuelta a la tienda donde vive con su familia.
“¿Hasta cuándo vamos a vivir así?”, se pregunta, mientras transporta dos bidones grandes con agua salobre para limpiar y otros dos más pequeños con agua potable para beber.
Y esta situación dista mucho de cumplir con los estándares mínimos establecidos por organismos internacionales. La ONU consideran que el consumo diario de emergencia por persona debe ser de al menos 15 litros para beber, cocinar y asearse.
En contraste, el promedio en Gaza se sitúa actualmente entre tres y cinco litros diarios, según Bushra Khalidi, responsable de políticas humanitarias de Oxfam en los territorios palestinos ocupados por Israel. En Israel, el consumo medio diario alcanza los 247 litros por persona, según la organización de derechos humanos israelí B’Tselem.
Debate y desacuerdos en Israel sobre la ocupación total de Gaza
Mientras el pueblo de Gaza enfrenta una crisis humanitaria extrema, crece dentro de Israel el debate en torno a una posible ocupación total del enclave. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que las fuerzas armadas deben cumplir cualquier decisión adoptada por el gobierno en relación con Gaza, tras informes sobre crecientes desacuerdos internos respecto a esa posibilidad.
Estas declaraciones se produjeron mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu se preparaba para reunir a su gabinete de seguridad este jueves con el objetivo de finalizar una decisión sobre la ampliación de la ofensiva militar en Gaza, que ya se acerca a su mes número 23.
Netanyahu ha reiterado que derrotar a Hamás sigue siendo una condición previa para liberar a los rehenes que aún permanecen en Gaza.
Sin embargo, medios israelíes, citando a funcionarios bajo anonimato, informaron que altos mandos de seguridad han advertido contra una escalada en las zonas densamente pobladas.
Según estos reportes, crece la fractura entre Netanyahu y los mandos militares, incluido el jefe del Estado Mayor, el teniente general Eyal Zamir, quien habría advertido en una reunión esta semana que una ocupación total representaría “caer en una trampa”.
La emisora pública israelí Kan indicó que Zamir expresó su oposición durante una reunión de seguridad de tres horas con Netanyahu, mientras que el Canal 12 de ese país informó que propuso alternativas, como estrategias para cercar la zona.
En una publicación en X, Katz reconoció el papel de Zamir como asesor del gobierno, pero reiteró la obligación del ejército de obedecer: “Una vez que las decisiones son adoptadas por el nivel político, las FDI las ejecutarán con determinación y profesionalismo”.
La fractura no se limita al ámbito militar. El líder de la oposición, Yair Lapid, también declaró que instó a Netanyahu a no ocupar Gaza, calificándolo de "una muy mala idea… en términos operativos, morales y económicos".
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consultado este martes sobre la posible ocupación, dijo no conocer los detalles, pero sostuvo que “es decisión de Israel”.
El gobierno israelí enfrenta una creciente presión para poner fin a la ofensiva, ante la profunda preocupación internacional por la catástrofe humanitaria en Gaza y el destino de los rehenes restantes. De los 251 rehenes retenidos desde octubre de 2023, 49 permanecen en Gaza, incluidos 27 que, según el ejército israelí, han muerto.

Más órdenes de desplazamiento en la Ciudad de Gaza
Mientras se debate la ocupación total de Gaza, el Ejército de Israel ordenó este miércoles a los residentes del barrio Zeitún de la Ciudad de Gaza que se desplacen a la zona de Al-Mawasi, ya abarrotada de desplazados, en la costa sur del enclave.
"Como se les ha advertido, el Ejército continúa intensificando sus operaciones hacia el oeste", indicó el portavoz en árabe del Ejército, Avichay Adraee, en una publicación en su cuenta de X.
No obstante, no es la primera vez que las fuerzas israelíes ordenan la evacuación forzosa e inmediata de esta zona.
El punto al que Israel pide a la población desplazarse es Al-Mawasi, catalogado como “zona humanitaria” al inicio de la ofensiva, pero que, sin embargo, tampoco se ha librado de los bombardeos durante estos casi dos años de conflicto.
Según la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), unas 425.000 personas se hacinan en este punto, malviviendo en tiendas de campaña sin electricidad ni agua potable La OCHA también denuncia que más del 88% del enclave palestino está sometido a órdenes de desplazamiento forzoso o se ha convertido en un área controlada por el ejército.
“Los centros de GHF en Gaza son sitios de ‘asesinatos orquestados’”: MSF
Uno de los temas más controvertidos en la ofensiva israelí es la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), respaldado por Israel y EE.UU. para distribuir ayuda humanitaria.
Una nueva investigación de Médicos Sin Fronteras (MSF) publicada este jueves concluye que los centros de distribución de alimentos de GHF son lugares de "asesinatos orquestados y deshumanización" y deberían ser cerrados.
A través de datos médicos y testimonios de pacientes y de profesionales recogidos en dos clínicas de MSF en de Gaza, la organización señala "la violencia selectiva e indiscriminada por parte de las fuerzas israelíes y contratistas privados estadounidenses contra palestinos hambrientos" en los centros de esta organización, que durante meses fue la única habilitada para distribuir ayuda en el enclave.
Según el Ministerio de Salud palestino, cientos de personas han muerto por disparos del Ejército israelí cuando intentaban a recibir ayuda en los centros de la GHF, que han sido duramente criticados por organizaciones internacionales y la ONU, y están ubicados en zonas bajo control militar israelí.
"Los sitios de distribución de la GHF que se disfrazan de 'ayuda' se han transformado en un laboratorio de crueldad", alega la directora general de MSF, Raquel Ayora, en un comunicado.
"Al no tener alternativas para encontrar comida, las familias hambrientas a menudo envían a adolescentes a este entorno letal, ya que suelen ser los únicos hombres de la casa con la capacidad física para hacer el viaje", describe la organización, que ha atendido a múltiples menores de edad heridos de bala en sus clínicas.
Además, el informe revela que el 11% de los pacientes atendidos por heridas de bala en las clínicas de MSF, recibieron disparos en la cabeza o el cuello, mientras que el 19% había recibido en el pecho, abdomen y la espalda. Estas cifras sugieren que los ataques en los centros de distribución no son accidentales ni indiscriminados, sino intencionados.
ONU: Israel impidió a 100 médicos entrar a Gaza
Mientras tanto, justo cuando más se les necesita, Israel impide la entrada de médicos a Gaza. Así lo informó la ONU, reportando que más de 100 trabajadores de la salud, incluidos cirujanos y personal especializado, han sido impedidos de ingresar desde marzo.
"Ayer, se negó la entrada a equipos médicos de emergencia en Gaza", declaró el portavoz de la ONU, Farhan Haq, este miércoles. Agregó que la Organización Mundial de la Salud les informó que más de 100 profesionales de la salud, entre cirujanos y otro personal médico especializado, han sido vetados desde marzo de este año.
"Esto forma parte de la práctica constante de prohibir la entrada de profesionales médicos desde marzo", dijo el portavoz. Añadió que los problemas de acceso se deben a restricciones de visa y de movimiento impuestas por las autoridades israelíes.

Crece el número de víctimas por ataques y desnutrición
El derramamiento de sangre palestina no se detiene en el enclave. Al menos 22 civiles han muerto y varios resultaron heridos en nuevos ataques israelíes desde la madrugada de este jueves en Gaza, según reportaron fuentes médicas a la Agencia Anadolu.
Entre las víctimas se encuentran un anciano, mujeres, niños y desplazados palestinos atacados en distintos puntos, como los campos de refugiados de Al-Shati, Nuseirat y las localidades de Jan Yunis y Rafah. Cinco personas murieron además por disparos israelíes mientras esperaban ayuda humanitaria.
Mientras, la desnutrición afecta a más y más palestinos. El Ministerio de Salud de Gaza registró este martes cinco nuevas muertes relacionadas con el hambre, incluyendo un bebé de seis meses y un adolescente de 15 años.
Desde el inicio de la ofensiva israelí, ya son 193 las muertes vinculadas a la desnutrición, casi la mitad niños. Según el Programa Mundial de Alimentos, más de 320.000 niños menores de cinco años están en riesgo de sufrir desnutrición aguda, la forma más mortal de esta condición.
El genocidio israelí, que ha dejado más de 61.100 muertos desde octubre de 2023, ha devastado el enclave y lo ha llevado al borde de la hambruna.
En noviembre pasado, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa Yoav Gallant por crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza. Además, Israel enfrenta una demanda por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.