La tormenta que se ha desatado por el histórico juicio que enfrenta el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, parece estar lejos de apaciguarse. Este lunes, el Supremo Tribunal del país ordenó arresto domiciliario para el exmandatario, acusado de participar en un intento de golpe de Estado en 2023, luego de que perdiera las elecciones presidenciales ante Luiz Inácio Lula da Silva. La medida, que según la corte obedece a que Bolsonaro incumplió ciertas restricciones, puede escalar las ya altas tensiones con Estados Unidos por el caso.
La orden le prohíbe al expresidente recibir visitas en su residencia, con excepción de la de sus familiares próximos y de sus abogados. Tampoco podrá usar teléfonos móviles directamente o a través de terceros. Y, en esa línea, instruyó a la Policía Federal para que registrara la residencia de Bolsonaro e incautara celulares y otros dispositivos que le permitan conectarse a las redes sociales.
Justamente, el juez Alexandre de Moraes –quien emitió la orden y la semana pasada fue blanco de sanciones por parte de EE.UU. por el caso penal– señaló a Bolsonaro de violar las condiciones que el Supremo Tribunal le impuso el mes pasado. Entre ellas, la prohibición de enviar mensajes por sus propias cuentas en redes sociales, o por las cuentas de terceros.
De Moraes citó mensajes de Bolsonaro que fueron transmitidos este domingo en las redes sociales de sus aliados, incluyendo las de sus tres hijos parlamentarios, con "incentivos e instigaciones a ataques al Supremo y apoyo a una intervención extranjera en el Poder Judicial brasileño".
“No hay duda de que hubo un incumplimiento de la medida cautelar que le fue impuesta a Jair Messias Bolsonaro”, escribió el magistrado. Y luego subrayó: “Es necesario la adopción de medidas más drásticas para evitar la continua reiteración delictiva por parte del procesado”.
Los mensajes fueron leídos durante las protestas a favor de Bolsonaro que se desataron en varias ciudades de Brasil, días después de que Washington impusiera aranceles del 50% contra el país por el proceso penal que enfrenta el exmandatario. De hecho, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó esta medida sostuvo que existe una “emergencia legal” por el trato que Brasil le ha dado a Bolsonaro, uno de sus principales aliados en la región. Pese al proceso penal que está en curso y las acusaciones de los fiscales, Trump ha calificado el proceso como una “desgracia internacional” y una “caza de brujas”.
Lula, sin embargo, ha denunciado que todas estas medidas de la Casa Blanca no son más que una injerencia en la soberanía de Brasil. Y se comprometió a defender la independencia del Poder Judicial del país. Uno de los fundamentos de la democracia y del respeto a los Derechos Humanos en Brasil es la independencia del Poder Judicial, y cualquier intento para debilitarlo constituye una amenaza al propio régimen democrático. La justicia no se negocia", dijo previamente.
La fiscalía acusa al expresidente Bolsonaro de liderar una "organización criminal" que buscaba invalidar los resultados de las elecciones presidenciales e impedir la toma de posesión de Lula da Silva. Según los fiscales, el golpe de Estado no se consumó por falta de apoyo de altos mandos militares.
Washington reacciona rápidamente
Después de la decisión del Supremo Tribunal, la Casa Blanca no tardó en reaccionar. "Estados Unidos condena la orden de De Moraes de imponer arresto domiciliario a Bolsonaro y exigirá responsabilidades a todos aquellos que colaboren e instiguen conductas sancionadas", declaró la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en una publicación en X.
Y añadió que Moraes “continúa utilizando las instituciones de Brasil para silenciar a la oposición”. Luego, concluyó con un mensaje desafiante: “Restringir aún más la capacidad de Jair Bolsonaro para defenderse públicamente no es un servicio público. ¡Que Bolsonaro hable!”.
Por su parte, varios miembros de la familia de Bolsonaro pidieron la destitución del juez De Moraes. El senador brasileño Flávio Bolsonaro pidió que el Senado inicie un proceso de destitución contra el magistrado.
Flávio afirmó en entrevista con la filial brasileña de CNN que la resolución "no tiene ni pies ni cabeza" y dijo que era una decisión "cobarde" e "inmoral" de De Moraes. "No tiene condiciones (de seguir siendo magistrado); está llevando al tribunal a un gran desgaste", declaró el político, quien aseguró que hay "decenas de senadores" dispuestos a apoyar el proceso y que hablará con el presidente del Senado sobre el asunto.
La familia Bolsonaro ya había pedido en otras ocasiones la destitución de De Moraes.
El diputado Eduardo Bolsonaro, otro de sus hijos, que está en EE.UU. desde hace varios meses para pedir sanciones contra De Moraes, escribió en redes sociales que se trataba de un "abuso de poder crudo para silenciar al líder de la oposición".